Y
proyecté para noviembre una huella asimétrica, tu huella, en mi ceremonial
teatro de lo absurdo… ahí sigue, no hay espejos ni moldes, aunque si hay
relojes, viejos relojes con muelles de trinquete y cañones de minutos, junto a
tornillos de tirete, ha desaparecido la rueda de las horas así como la de los
minutos, me queda un anillo, el de la rueda de corona…pero no tengo reina… y
sin reina para que quiero aureolas tangibles y sortijas… tomaré el puente del
tren de ruedas y me iré, dejando a su libre albedrio las patitas que en un
tiempo remoto marcaban mis ciclos, si, con el vendaval de estos días, quizás
lleguen a quien las necesite más que yo y carezca de ellas … no me olvides, no
lo hagas jamás, simplemente porque un día
voy a dibujarte.
Pedro L. Villalonga y Cardona
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