“Amar a otra persona es querer estar en su mente
continuamente, es darle todo tu cariño y tu comprensión para que él piense que
eres perfecta y no quiera irse de tu lado por nunca más”.
Esta es una carta de amor… una misiva incondicional,
elaborada con los perfumes naturales que subordinan
palabras,
en sus esquinas, he proyectado verdaderas y delicadas
atenciones,
estas evocan acogidas en forma de abrazos prudentes y
sobrios.
Una de ellas, la más importante está repleta de besos de
oro en purpurina,
la siguiente trasporta letras de color violeta, bonitas y
comprometidas,
estas, establecerán pactos, promesas y juramentos imperecederos,
la tercera es un linimento para ser dispensado de manera
palpable,
perceptible al gusto y saboreado por el tacto ¡es la
exquisitez!
El último vértice está destinado a tus dimensiones, a tu
naturaleza,
he creado toda esta revelación en base a la cura de tus nostalgias,
quiero que sientas que estas en nuestra morada, si,
nuestro cobijo,
si cerramos el último ángulo, estaremos tras esas
puertas ¿recuerdas?
Yo estoy aquí, en el interior… esperándote a ti, junto a
un fuego que se prevé, será eterno.
Pedro L. Villalonga y Cardona
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