sábado, 30 de mayo de 2015

ELLA

 
 
“La vaguedad de las palabras, hace perder el sentido de lo que es sabio”.
 
anónimo
 
 
 
 
El aire frío del norte resbalaba por su piel dejándola fría e inerte. Las verdes y blancas montañas se cubrían por un manto gris que poco a poco iba tapándolas, dejando sin ropajes a los robustos árboles que resistían en lo alto de éstas. No se oía nada, ni un ruido. La luna asomaba brevemente en lo alto, las pequeñas luces amarillas que adornan la noche estaban revestidas por una túnica negra, se avecinaba tormenta. Todo estaba en silencio, era en apariencia la nada, en realidad era nada y lo era todo.
 
Somos una simple mota de polvo en el universo, venimos y nos vamos. Algunos dejan una huella, pero las aguas y los vientos no tardan en borrarla. Nos creemos eternos, irrepetibles y sólo somos un pequeño destello que brilla brevemente en un firmamento, para luego desaparecer. No somos iguales, pero todos nos vamos con las manos vacías y el corazón lleno de algo. Lo que éstos lleven depende del rumbo que hayan llevado sus vidas: atrapadas en la superficialidad absurda del no ser, o libres de partir…

Empieza a llover. Los árboles huelen a madera, las flores se cierran para no ser destruidas y las gotas se van colando por su cabello y su cuerpo, dejando caminitos eternos que acaban en los charcos. Ella llora, las lágrimas se confunden con la lluvia, mira al cielo y ve el tapiz incoloro de agua que va cayendo. No todo está perdido, piensa, pero no siente, no hace frio, no hace calor. El tiempo no existe y nada importa. Somos partículas de tierra molida que se van con la lluvia…  
 
Pedro L. Villalonga y Cardona
 
 
 
 

viernes, 22 de mayo de 2015

PALABRAS

 
 
Me gusta recordar su voz, es lo único que tengo…
Me gusta rememorar como articulaba esa palabra,  
me gusta incluso añorar sus locuciones, pues sé de donde provenían.
Y es que hay palabras que parecen estar concebidas para que sea esa persona quien las pronuncie, terminologías con fonemas que emergen de la nada para que tú las vocalices y yo las proteja, expresiones que generan parábolas que tu propagas y yo atesoro…
 
Pedro L. Villalonga y Cardona


martes, 19 de mayo de 2015

SUEÑOS AL OTRO LADO DE MARES Y OCÉANOS


 
"El romper de una ola no puede explicar todo el mar"
Vladimir Nabokov
 
 
 
El amanecer y el mar que culmina colores me cuentan de ti, de tus aguas, de tu silencio que conduce a un océano de murmullos y acústicas placenteras. Allí puedo percibirte, es ya mar abierto y sosegadamente, sin zozobro advierto algo… ¿estarás dormido? escucho alaridos ¿serán las batallas de tus sueños? o simplemente el ruido de las olas respondiendo a mis preguntas. Pero y tú ¿Dónde estarás?
 
Vivo en sueños y batallas, que nunca guerras. El océano y yo somos antiguos camaradas, y si, en ocasiones rugen los mástiles y gritan las velas y tú me preguntas donde estoy… Y es que ni yo soy consciente de ello en ocasiones, trato de vivir sin tiempo y sin espacios comprensibles a los ojos de nuestros congéneres, pacto solamente con la vida ¿Eres tú? ¿Dónde estarás?         
 
Marlen Gutiérrez y Pedro L. Villalonga
 
 
 

 


domingo, 10 de mayo de 2015

A VECES…


"Quizás para el mundo eres una persona, pero para una persona eres el mundo.
 
 
 
A veces un extraño resulta ser tu identidad…
A veces una voz que no es la tuya resulta ser tu vida…
A veces un desconocido te observa en el espejo y te habla…   
A veces el dulce recuerdo de lo que nunca ha sucedido aparece…
A veces hablo contigo y me quedo contigo y me quedo contigo y…
A veces tu nombre es tierno e inteligente y eso para mí es siempre amor.  
 
A veces me baño en un mar que está sazonado por tus especias…
A veces la vida y tus razones separan propósitos y sentimientos…
A veces mi casa tiene olor a ti, aroma a café que podría ser yo…
 
                                                                                    Pedro L. Villalonga y Cardona
 

 

sábado, 9 de mayo de 2015

MANOS, LAS MANOS, MIS MANOS...



“Amo el desvarío de tus manos y las montañas de sueño que me tocan: alas para borrar mi aquelarre de mundos que no entiendo”.
Delia Quiñonez
 

 
Había una vez un magnifico mundo de manos, manos que bailaban en función de las necesidades de sus propios sentimientos, manos que de tarde en tarde olvidaban el mundo que las rodeaba… manos que contemplaban otras manos, manos que acariciaban otras manos, si, manos rozando manos… era maravilloso aquel mundo en mis manos.  
Vivía el fantástico misterio de destrezas a través de las cuales y acariciando  maderas, cuerdas y metales me emocionaba, creaba un mundo sólido y propio, habitable y completo, y estaban aquellas manos siempre a mi lado, siempre…
Ahora escribo y describo, en ocasiones me dibujo en este frío teclado que en ocasiones me perfora el alma, me transfiere cierta gelidez desapasionada. Antes lo hice en aquel antiguo piano, la disimilitud es que aquel metalófono jamás me dejaba indiferente, a su manera me acariciaba haciendo uso de su tacto armónico y delicado… si, tenía manos.
Ahora concluyo, es el final y ofrezco mis manos a modo de leal amistad… Ya me diréis si la aceptáis, aunque no prometo mi mundo inicial, ya no existe, se fue con perentoriedad a recorrer la geografía del deseo perfecto.    
        
Pedro L. Villalonga y Cardona