“La
vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a
aprenderlo, ya hay que morirse”.
Ernesto
Sábato
Siempre pensé en historias reales, esa ilusión fue siempre mi compañera
de viaje, al mismo tiempo que iba
escogiendo mi vida, simplemente quería existir de verdad.
Era joven, contaba noches y esperaba madrugadas y muchas más cosas
cotidianas. Empecé a escribir una novela romántica con tus datos. Me dijiste tu
nombre y una tarde imprevisible, rompiste ciertos esquemas, conseguiste que reconsiderase
los espacios oscuros, consagré una concepción del amor sin forma.
Con el tiempo te perdí, sin lamentos y esperando siempre ese “eres mi
vida entera” que jamás llegó. Lo asumí desde mis versos a destiempo y en el vacío
de lo absurdo ¡Yo! Que quise envolverte en historias casi sobrenaturales.
Ahora otra vez la hoja en blanco me llama, aunque las horas tienen en
este momento un color diferente y su olor me permite traspasar límites que existían
únicamente en ciertos aspectos de papeles con hojas mojadas Custodiadas
simplemente por cajas de cartón y fusiles.
Pedro L. Villalonga y Cardona
No hay comentarios:
Publicar un comentario