domingo, 1 de abril de 2018

NO DEBIÓ PARAR ESA VIDA





… Ese recuerdo imborrable me conduce a lo imprescindible de la vida, a lo irreemplazable o tal vez, sencillamente esté hablando de locura. De la mía y de ti.

Ciertamente te diré con toda sinceridad que eres mi único recuerdo, hablo de aquel que vale la pena, y que es el que siempre y alguna vez he amado y debes saberlo…

La última vez te faltó ese “estaré aquí cuando vuelvas”, un estar convencida, en una certidumbre de sabor eterno… 

Y no, no me gustó ese “aprovecharé para ir al súper ahora que las niñas aun no han llegado” y todo entre besos que eran firmes y con la sensibilidad suficiente solo en un lado de los labios…

¡Siiiii! Como esa solidez en tus pezones al susurrarte al oído cierta combinación adecuada de palabras, acompañada de caricias y de manos sin orden… Aludo a la noche anterior.

Y las miradas perdidas en rincones eternos armonizados por aromas eternos a naranja y azahar…

No, no debió parar esa vida!  



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