En lo cambiante de lo
emocional
las variaciones son armonía
y la entereza, comprensión.
Es enraizar la realidad,
sin fantasía
junto a las
ondulaciones del viento
y lo caótico que hace
poner los pies en el suelo.
Te hablo de brazos y
suspiros
a modo de envoltorio
compartido
de un ritmo
frenéticamente tranquilo
cuando los sueños, son
labios rozándose.
Y las ideas van y
vienen
en lo encumbrado que
desboca latidos
con profundidad de
huella imborrable
con la nebulosa
disciplinar de un mordisqueo de labios
junto a confesiones
sazonadas que susurran
y contagian en mí, noches
en vela
en aquel preciso
momento
donde los horarios
pierden consistencia.
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