En
el sueño de mi sueño,
en
el habitáculo de mi estudio todavía en construcción,
se
describen somnolencias del alma y sus vínculos con esa niñez que es añoranza,
abro
la puerta de tu silueta y hallo la perfección del destino,
y
fluyen las emociones, se desviste el sentir de letras jamás escuchadas...
Allí,
saboreo la brisa de tu estela y espero tu respuesta, la de siempre, la nuestra.
Piel de luna y tiempo
suave brisa escondida
tirabuzones tostados
y tonalidades embrujadas.
Piel de luna y tiempo
dulce tacto encontrado
llanuras perfumadas
y calma estética.
Piel de luna y tiempo
sensibilidad de un sueño
en avance amigable
y embrujo del color del café de ti.
Hay
una terminología intercambiable en lo histérico de lo que en nuestros días se
denomina música. Lo he descubierto caminando y bailando sin parar hacia una
pared blanca, me ha recordado de donde viene todo, o lo mío. Os hablo de
estandarización, de igualar lo inigualable, de la búsqueda de equilibrios
imposibles.
Para ejemplos prácticos os diré que Marco y Heidi eran el mismo dibujo animado o comiquitas, como se les conoce en Latinoamérica; y en realidad, ahí empezó todo. Daros cuenta de que los países del eje del mal tienen su importancia, Marco, un chaval genovés de la bella Italia a la búsqueda de su mamá, Heidi, con su Pedro(se parece a mí de joven, ella no sé), sin querer abandonar a su abuelito, vivía en la “imparcial” Suiza pero con grandes detalles en Frankfort, en Alemania y todo ello; y esto es lo mejor, producido en Japón, cerremos el círculo.
También creí decrecer cuando descubrí que con un ocho se pueden fabricar todos los números, eso me impactó, no quedaba espacio para fraccionar, era imposible…
Y ahora, recuerdo un sueño, ese que permanece en la anatomía inexistente de un instante.
Quiero que sepas
que tienes sabor a poema en tu mirada
que el tacto de una palabra de ti es ilusión
que el sueño de tu voz permanece siempre en espera
y que esa demora, se diluye cual aroma a fruta fresca...
En lo tangible de tu ausencia, sin sabor a derrota.
Y te diré,
que no se va el olvido
que no aparece la indiferencia
aunque germinen mediaciones solventes.
Y te diré,
que el tiempo es lento
que se hace tardío lo incesante de lo incandescente
si bien, hay pigmentaciones evocando trazas.
Y te diré,
que fuiste delicadamente exuberante
que ciertos idearios apalean perspectivas
pese a que las sensibilidades filantrópicas
no entienden de gramáticas resignadas
sin embargo, aunque no lo entiendas
armonizar requiere libertades.
Y te diré…
Que tu no las tienes.
