miércoles, 16 de octubre de 2013

QUIZÁS EL VIAJERO ERA YO…

El viajero llego a su destino, la luz fue su bienvenida, una selección de colores vivos le acompañó, se percibía el aroma de la vida, era una mañana de verano, probablemente a primera hora y las criaturas de aquel lugar le parecieron asombrosas, observó mucha belleza a primera vista. Si… sería una mañana de verano o quizás de una primavera precoz, se dejaba notar una suave brisa, creo que aquí me sentiré cómodo, pensó…

El aspecto del recién llegado, difería poco en similitud física con lo que el consideró seres racionales en este nuevo planeta,  con lo cual no debería de haber mayor dificultad de integración y aunque no conocía los condicionantes de esa nueva forma existencial, se adaptó, o creyó hacerlo…  

Me encontré, casualmente o no con él, antes de que nos abandonara, iba hacia una nueva aventura, un nuevo viaje, quise saber de su vida y su parecer acerca de nuestros conceptos de racionalidad. Poco pudo decirme de sí mismo, me contó que nada sabía de su nacimiento, había descubierto los conceptos nacer y morir con nosotros, él simplemente sabia que llegaba a un lugar, observaba a las gentes que lo habitaban y en un momento determinado,  una especie de lo que nosotros llamaríamos… instinto, le transportaba a otro emplazamiento… en cuanto a nosotros, los humanos,  advertí muy poca propensión a la descripción o razonamiento, con lo cual tuve que utilizar herramientas más elaboradas,

 …Y lo conseguí, si, lo hice, me costó mucho trabajo, debía llegar a él, a su pensamiento profundo, crearle la opción notificadora que cualquier humano tiene, pero de la que mi amigo, sí, mi nuevo amigo carecía, el resultado fue espectacular:         
 

-Sois en gran mayoría poco beligerantes, pero observo en vosotros muchas debilidades y de ahí la necesidad de guerreros, arregláis la fragilidad con combatientes y no sabéis que la solución está siempre en vuestro interior, algunos empezáis a verlo, pero sois pocos, demasiado pocos…  

-Os unís  unos a otros para toda la vida, amor, creo recordar que lo llamáis,   dura…no sé, en realidad aquí para ser sincero se me hace difícil hablar de unidades de tiempo y continuó… francamente prefiero no seguir hablando de este tema, probablemente te dañaría amigo y no quiero hacerlo, yo asentí con la cabeza…  

-Tenéis  espacios pertenecientes a una serie de individuos y hay también individuos que son dueños y señores de todo un espacio y los miembros de su propia especie le alaban, o aparentan hacerlo, aquí, en este preciso punto de mi visita empecé a perder la confianza en vosotros, si erais capaces de seguir a alguien de vuestra propia especie hasta la idolatría, no erais libres, pensé…. esta, no es una raza inteligente.

-Habéis creado algo llamado trabajo, una especie de intercambio y funcionaba también por unidades de tiempo…este es el punto donde he encontrado mayores desequilibrios, abismales en realidad…no soy nadie para aportar soluciones, pero creeme, revisad profundamente este concepto, lamentareis no haberlo hecho en pocas lunas, será el motivo de vuestro fin o como mínimo uno de los de mayor importancia.        

-Os dominan las creencias, veneráis y exaltáis también a alguien del pasado alguien que vivió muchas unidades de tiempo atrás, algunos confiáis   ciegamente en este asunto y como ya he explicado en el capítulo de vuestras debilidades, lo que buscáis en el aire, en el cielo o a veces habláis de más allá de él, lo tenéis pura y simplemente en vuestro interior.  

Gire por un momento mi cabeza, al volverla a su posición original, mi amigo se había marchado, una lástima…tenía más preguntas para el…  

Luego desperté y me vinieron a la cabeza estas palabras:

¡Un día soñé que soñaba y el sueño era yo!

Pedro L. Villalonga y Cardona
 
 

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