sábado, 28 de marzo de 2015

YA VES…



“Te cambiaré un beso por una sonrisa, un silencio por un suspiro, una caricia por un deseo, una pasión por un amor... Una vida por un te amo.


Te contaré algo, solamente quiero ser uno más en esta ciudad de pantallas, donde a través de caracteres y símbolos formo, creo y organizo mil desahogos, libero mis pensamientos y deseos, y es que en realidad no quiero caer en el peor de los errores, el silencio, mi silencio…   

Sé que algún día me encontrarás, descubrirás en algún momento lo mucho que te puedo amar. Sé que me buscarás, que necesitarás de mis besos, que precisarás de mis caricias, de toda mi forma de ser y de ésta, mi manera de querer. Sé que cuando llegue el sosiego y desaparezcan los temores en tus pensamientos me sorprenderás… Entonces, yo cambiaré de corazón para acompañar tus latidos… Y es que te miro y ya ves, no haces más que causarme poemas.

Pedro L. Villalonga y Cardona


jueves, 19 de marzo de 2015

TUS PALABRAS



Y llegaron tus palabras llenas de vida, en realidad son las que prolongan mi historia, las que soplan, las que proporcionan esa suave brisa y estimulan mi imaginación, son palabras firmes entre los labios de quien siempre y desde más allá del tiempo he querido, amado quizás…

Es una traslación de sentimientos desde una música desconocida… Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que en verdad las palabras son mis manos, mi piel y mis ojos… ellos tienen una vida secreta, fantástica y totalmente verídica.

Las palabras matan y aman. Yo estoy al norte de tus palabras y tú al sur de mis letras, no lo olvides jamás… Con tus palabras puedo soñar y regresar al recuerdo inevitablemente imprescindible.


NOTA: El gran poeta chileno Pablo Neruda decía que las palabras son "las que cantan, las que suben y bajan...Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo tanto las palabras... las inesperadas, las que glotonamente se esperan, las que acechan, hasta que de pronto caen…"


jueves, 12 de marzo de 2015

LA CULTURA Y LO GENERAL



“Cualquier trabajo de arquitectura que no sea capaz de expresar serenidad es precisamente un error. Por ello es un error reemplazar la protección de los muros con el uso incontenido de ventanales enormes, cosa que impera hoy...”


Luis Barragán


En un pasado demodé, el mundo de ayer, de apariencia retrograda, es decir en el siglo XIX y en la primera mitad del XX, la clase media europea daba mucha importancia a la cultura general. Era uno de los procedimientos predilectos para evidenciar cierta  posición social y una exigencia que conllevaba la necesidad de educarse permanentemente. Hoy, en cambio, la cultura general va relegándose progresivamente al conocimiento común de lo que podemos escuchar en televisión o en la calle, mientras, el discernir humanístico apenas es valorado, cuando no es reprochado, difamado o tildado de “friki”.  

La dictatorial audiencia de los medios de comunicación sin ir más lejos, han tenido una capital importancia en el proceso de arrojar la sabiduría cultural al contenedor de los desperdicios inútiles (es el incoloro, por si alguien se lo pregunta). El mejor ejemplo de todo lo expuesto lo podemos encontrar entre la elección de contemplar a veintidós hombres persiguiendo un mismo balón y un reportaje sobre Tomás Moro, pensador, teólogo y escritor inglés, famoso por su obra Utopía, donde se relata la organización de una sociedad ideal, es más que evidente conocer quien se llevará el “share al agua” y más aún si la competencia televisiva se dirime entre Belén Esteban, la princesa del pueblo y Francisco Rodríguez Adrados, por citar a un sabio humanista contemporáneo.

No nos engañemos, en el pasado la insistencia en destacar los conocimientos culturales servía también de barrera entre “clases sociales”, ahora, el mundo ha logrado simular la fracturación de esa separación entre los hombres, ha nacido la vulgaridad en su máximo exponente, creando la democratización de la ignorancia, y yo me pregunto ¿existen muros mayores?  

Pedro L. Villalonga y Cardona

jueves, 5 de marzo de 2015

VIENTO







…Y por un momento creí que el viento deseaba hablar conmigo, quizás porque en determinados instantes este tomaba formas homínidas caracterizadas por la postura erguida y la locomoción bípeda… era un puro espejismo, líneas y más líneas que analizadas por Kandinsky revelarían el punto de vista del efecto creado sobre su observador interior, en conclusión trataron de lanzarme al mar en un intento de abrazo fallido… 


Pedro L. Villalonga y Cardona