…Y por un momento creí que el viento deseaba hablar conmigo, quizás porque
en determinados instantes este tomaba formas homínidas caracterizadas por la postura erguida y
la locomoción bípeda… era un puro espejismo, líneas y más líneas que analizadas por Kandinsky revelarían el punto de vista del efecto creado sobre su observador interior, en conclusión trataron de lanzarme al mar en un intento de abrazo fallido…
Pedro L. Villalonga y Cardona
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