Te
explicaré algo; imaginemos que estamos lejos el uno del otro y no sabemos leer
ni escribir, pero de algún modo nos conocemos, hemos coincidido ya en esta vida,
quizás en otra…
“Te
busco, me buscas, te sueño e incluso vivo de, o en ti y muero por ese abrazo al
lado del mar y tu, por sentir el roce de mis manos junto a ese leve aliento que
acaba en susurro y concluye con esas preciosas, perfectas y precisas palabras…”
¿Sabes?
Fantaseemos,
acabas de interpretar correctamente una declaración de amor y te dejas llevar
por tus necesidades vitales.
¿Se
pueden codificar clasificados los sentimientos?
Vino,
flores o música… Somnolencias o líneas caóticas de la mano.
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