Eres como un día de nubes conectado a un sí y
su sol para siempre; te hablo de música, aunque ya no te suela incluir en esos
silencios necesarios relacionados con tu cabello que en un tiempo fue mi
pentagrama y ahora es mi armonía perdida…
De hecho, ya no compongo. Aunque a veces te
sueñe en mis letras a su libre albedrio, letras sin palabras y su orden natural…
En cierto modo ha quedado en mí el resultado
final de los elementos anteriores, a veces con variaciones muy notorias, en
otras, en una muy general apreciación simplemente…
Traté la capacidad de generar contraste en mi
música, pautas de repetición a intervalos regulares provocadas por las
diferentes dinámicas, timbres, texturas, sonidos y aromas.
En teoría me refiero a la acentuación del
sonido y la distancia temporal que hay entre el comienzo y el fin… O, dicho de
otra manera, su duración… sonidos fuertes o débiles y silencios, otra vez silencios;
te hablo de sexo.
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