Me
gusta cuando me llamas amigo sabiéndome amante de la más hermosa de tus
bellezas y sus sueños, que son del alma.
Me
gusta cuando hablas de la destreza de mis dedos en la compenetración de lo
íntimo, las tormentas y su respiración apasionada.
Me
gusta cuando tus anhelos y fantasías se hacen nuestras y coinciden en lo
creativo, cuando ambos sabemos que en realidad es la vida que pasa y nos busca
con ganas de decirnos uníos.
Es
el aceptarse y su calma, que es nosotros y vivir en plenitud, descubrirnos sin
miedos y toda su cercanía, amarnos en libertad, con todos sus principios y
valores y sus besos eternos…