En la variabilidad jerárquica del foliar
viven un cinco y un siete
y un seis, que duele cual lamento
que declama ausencias de tiempos pretéritos.
Estos, susurran palabras y noches de súplicas
que culminan en migajas de elocuencia
en una insaciabilidad cuasi bulímica
libídine, en desfiladeros repletos de percepciones.
… También era mi regocijo escuchar tu sonrisa
en la inacción de una luna llena
tuya e indefinidamente hermosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario