Es sugestivo contemplar de nuevo ese paisaje,
esas invariables escenas, perspectivas de consecuencias
inconclusas,
aquel rincón, dotado de esa luz que me transporta a un
pasado reciente,
a un centelleo incesante que esbozaba proyectos y anotaba
razones…
Trazos ajenos, procedentes de otros instantes truncaron
argumentos,
despedazaron mis escenarios, fracturaron secuencias,
el actor principal y primario fue relegado a mero espectador
sigiloso,
en sus preludios había denominado mi obra como amar al amor,
ahora medito, sin potestad alguna, aun considerando mi
propia tragedia…
Pedro L. Villalonga y Cardona
No hay comentarios:
Publicar un comentario