"El cinismo consiste en ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean"
Oscar Wilde
En
ocasiones se hace difícil desgranar los porqués de las sensibilidades u
emociones de las personas. En realidad, somos seres complejos e imperfectos
debilitados por circunstancias que nos dejan en apariencia sin alternativas a
nosotros mismos. Es así y nos acostumbramos a ello con demasiada facilidad. La
realidad es que no cerramos etapas, simplemente nos ahuyentamos de ellas. Somos
como esa nube anudada al cielo, toda esa masa de vapor de agua suspendida en la
atmósfera que en realidad oscurece o encubre otra. No nos sentimos capacitados
para dar la independencia necesaria a esa sustancia líquida, inodora e
insípida. Ella nos transformaría cual libélula en su hábitat, si esta fuera vertida
en el lugar y momento apropiados… Se ha implantado a perpetuidad que los sentimientos son la parte del ser humano opuesta a la
inteligencia o a la razón. Cual espada clavada en la roca, son simplemente
catalogados como intuiciones o presentimientos confusos e irracionales. Nada
más allá del desacierto, de los conceptos libertad, sinceridad, confianza y
porque no, la sencillez que en objetividad debería definirnos. Somos capaces de
andar en toda ocasión con los zapatos de otro, sin ser elevados a la calidad de
ángel… Me gusta escribir, escribiros, es un ejercicio que me libera, me lleva a
los mundos que en el momento de ser descritos son simplemente la necesidad
oculta de mi propia realidad. Es en muchos casos la prolongación no satisfecha
de mi existencia. Cual vela al viento avanzando lentamente, conociendo de un
modo insuperable el recorrido ya navegado y todo ello caligrafiado en un
manuscrito que se convertirá, junto a mis futuras proezas, en mi legado. Todo
ello sin premios, trofeos ni copas, o tal vez si, quizás mi retribución será
haber llegado con la vida plena a la muerte…y éste es mi único deseo.
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