“Te
espero en una página en blanco…”
Una y otra vez te propuse encontrarnos… tu indiferencia siempre me
mantuvo al margen, quería saborear tu presencia, no sé si era para vernos… ¡Sí!
Para que vamos a engañarnos ¡si lo era! Tal vez simplemente para observar tus
miradas mientras te tomaba de la mano entrelazando mis dedos en los tuyos,
inclinándome a tu oído para susurrarte cuanto me gustaba estar así... cuanto me
gustabas; dejando que el tiempo inexistente me permitiera oler tu perfume jamás
cubierto por la calidez de tu aliento, todo esto,
vivido en un segundo sin conceptualización exacta, abrazados e indiferentes a
cualquier preocupación… sin ser nada y a su vez siéndolo todo…
Pedro L. Villalonga y Cardona
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