“La tierra es un teatro, pero tiene un
reparto deplorable”.
Oscar Wilde
Y había proyectado para noviembre
una huella asimétrica, quizás tu estigma, hacías acto de presencia en una esquina
del ceremonial teatro de lo absurdo… ahí
sigue, no hay espejos ni moldes, aunque si hay relojes, relojes decadentes con
muelles de trinquete y cañones de minutos, junto a ellos, tornillos de tirete, han desaparecido
ya las ruedas de las horas así como las de los minutos, solamente me queda un
anillo, el último, el del círculo de la corona… pero no tengo reina… y sin
reina para que quiero aureolas tangibles y sortijas…
Creo que tomaré el puente del
tren de argollas y anillas y me iré, dejando a su libre albedrio las manecillas
que en un tiempo remoto marcaban mis ciclos, si, con el vendaval de estos días
quizás lleguen a quien las necesite más que yo y carezca de ellas … pero… no me
olvides, no lo hagas jamás, simplemente porque un día voy a dibujarte… ¡sabes
que se hacerlo! ¡Sabes que lo haré!
Pedro L. Villalonga y Cardona
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