viernes, 14 de noviembre de 2014

ELLA



“Me sigue produciendo estupor que haya personas, seres humanos como nosotros, que sean capaces de, con absoluta consciencia y de forma deliberada, hacer daño de forma continua y sistemática. Sobre todo cuando además consiguen que la persona se haya convertido en un ser débil, muy vulnerable”

…Ella vive encarcelada, los travesaños de su celda son etéreos, cohabita con sus vigilantes y la hostilidad del proceder del tiempo. Sus espacios son holgados y a su vez limitados. Ejercita el arte de la representación gráfica, cree  transitar en colores sombríos, grisáceos… difiero de esta opinión, para mí el color es liliáceo, morado claro, como la flor que encierra su apariencia y que en el fondo es su esencia… a su vez esta tonalidad combina armoniosamente con otras tendencias naturales, se que ella percibe semblantes de pigmentación fría,  pero debería saber que el azar a través de sus opacas incertidumbres la está introduciendo en la calma y la distensión que lentamente la transportarán a la ilusión… exterioriza, refleja… tú ya sabes cómo, tú sabes donde…


Este relato que acabáis de leer es un fragmento de un libro que estamos escribiendo conjuntamente dos personas, no tenemos plazos pero si objetivos muy claros, concienciar a la sociedad de una problemática social que afecta más de lo que pensamos, el abuso sexual infantil, bajo consenso hemos decidido publicar esta parte e iremos haciéndolo periódicamente… de momento mi colega va a mantenerse al margen, no revelaremos su nombre, así lo hemos decidido, así trabajamos… así somos.                


Estas palabras de una persona que quiero muchísimo y que desea mantenerse en el anonimato, me llevaron a grandes reflexiones, me incitaron a importantes conversaciones  y finalmente me he dado cuenta de algo realmente importante acerca de mis sentimientos. He creído conveniente compartirlo con vosotros, los que me leéis…     

"Ella vivió atrapada en un silencio profundo, tan profundo como aquella herida que hizo que sus entrañas se cerraran para siempre al amor. Pasaron muchos años para deshacerse de la hipócrita fachada. Sus miedos la hicieron frágil, fría, insegura. Nadie notaba su dolor. Simulaba una alegría estúpida,  propia de su inmadurez., al fin y al cabo, era sólo una niña”.



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