“Me sigue produciendo
estupor que haya personas, seres humanos como nosotros, que sean capaces de,
con absoluta consciencia y de forma deliberada, hacer daño de forma continua y
sistemática. Sobre todo cuando además consiguen que la persona se haya convertido
en un ser débil, muy vulnerable”
…Ella vive encarcelada, los
travesaños de su celda son etéreos, cohabita con sus vigilantes y la hostilidad
del proceder del tiempo. Sus espacios son holgados y a su vez limitados.
Ejercita el arte de la
representación gráfica, cree transitar en colores sombríos,
grisáceos… difiero de esta opinión, para mí el color es liliáceo, morado claro,
como la flor que encierra su apariencia y que en el fondo es su
esencia… a su vez esta tonalidad combina armoniosamente con
otras tendencias naturales, se que ella percibe semblantes de pigmentación
fría, pero debería saber que el azar a través de sus opacas
incertidumbres la está introduciendo en la calma y la
distensión que lentamente la transportarán a la ilusión… exterioriza, refleja…
tú ya sabes cómo, tú sabes donde…
Este relato que acabáis
de leer es un fragmento de un libro que estamos escribiendo conjuntamente dos
personas, no tenemos plazos pero si objetivos muy claros, concienciar a la
sociedad de una problemática social que afecta más de lo que pensamos, el abuso
sexual infantil, bajo consenso hemos decidido publicar esta parte e iremos haciéndolo
periódicamente… de momento mi colega va a mantenerse al margen, no revelaremos
su nombre, así lo hemos decidido, así trabajamos… así somos.
Estas palabras de una
persona que quiero muchísimo y que desea mantenerse en el anonimato, me
llevaron a grandes reflexiones, me incitaron a importantes conversaciones y finalmente me he dado cuenta de algo
realmente importante acerca de mis sentimientos. He creído conveniente
compartirlo con vosotros, los que me leéis…
"Ella vivió
atrapada en un silencio profundo, tan profundo como aquella herida que hizo que
sus entrañas se cerraran para siempre al amor. Pasaron muchos años para
deshacerse de la hipócrita fachada. Sus miedos la hicieron frágil, fría,
insegura. Nadie notaba su dolor. Simulaba una alegría estúpida, propia de su inmadurez., al fin y al cabo,
era sólo una niña”.
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