lunes, 1 de diciembre de 2014

SERÁ PRIMAVERA EN DICIEMBRE


“La abracé para quererla mucho y me abrazó para protegerme mucho. Ese silencio fue sonoro. A veces, ayer como hoy, se escucha el amor cuando más callado estás”.


Màxim Huerta


Te siento, pero no estás… casi nada de ti atesoro, quizás esas palabras que provienen de un remoto aroma a chiribitas y verdes plantíos… al fondo, un saxo destartalado y junto a él, silencio. Que dramática escena es encontrar tu apariencia en mis pupilas y todo ello frente a un vetusto espejo. Y es que ocupas ya una parte de mí, no te siento en mi corazón todavía, no puedo, solo mi cerebro te percibe, pero donde realmente en blanco te verso y te invento es en mis venas, si, recorres sin clemencia mi alma.

Me asaltas, me atacas, me invades una y otra vez, cual ciclo vicioso… vives en mí y lo sabes, después, ignoras mis indiscretos suspiros, no justiprecias mis curiosas, pícaras y traviesas sonrisas que te lanzo en forma de pequeñas e irónicas flechas que como ambos sabemos jamás se desvían y cada vez llegan a su destino final… en realidad todo esto me sorprende y me supera, pues jamás tuve buena puntería ¿Qué significado le doy a todo ello? Amor, felicidad, obsesión, acaso locura aderezada con convenientes matices azules, violetas y verdes turquesa que sin grandes alardes en ocasiones alcanzan el rojo pasión…

Quiero que sepas que daría la vida por besarte, que me aterra la idea de morir si sé que mi cielo será tu recuerdo, pretendo vivir por ti y bajo los preceptos del amor verdadero… tal vez mi lengua será el jazz y el saxo ahora ubicado en la indigencia armónica, su instrumento, deseo sosegarte con mimos que arrullen tus oídos, quiero desnudar tus deseos, mordisquear tus nostalgias y hacer que transpires alegrías en cada uno de los poros de tu cuerpo.
Mírame, estaré contigo, tócame estaré bajo tus pestañas, sonríeme, tu, yo… nosotros, siempre… ámame y será primavera en diciembre…  

Pedro L. Villalonga y Cardona

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