domingo, 18 de octubre de 2015

DOLCE VITA


“Puedes olvidar a aquel con el que has reído pero no a aquel con el que has llorado”

Khalil Gibran

Llegué a ti presintiendo de todo, te entregue mi lengua entre el viento y las hojas de los árboles. Resonaste en mi universo haciendo que por ti yo perfilara poemas. Muy oculto en mi pensamiento, tengo aun tu sabor en mi lengua, aunque ya no recuerdo el calor de tus piernas que trémulas acogía cuando se abrían a tus deseos, donde gemías como fiera hambrienta. Donde dejabas un líquido dulce entre mis dientes.

Pasan los años y espero regresos absurdos, soy un hombre dormido en recuerdos extraños. Y es que algún día ya muy lejano hiciste blanco en mis sueños, rozaste tu carne en mis labios y encendiste mi aliento, eras un suspiro y su lamento al que mudarse para vivirte.  

Un día nos ocultamos en la sombra del silencio, todo tiene un punto final, incluso el olvido de un instante o de un día que llena o vacía una vida ¡cómo puede llenarse una vida!

Y la existencia en su forma solvente regresa siempre puntual a mis horas y trata de hablarme. Alude y acude a mis más profundas dilucidaciones. Sigue sin voz,  trata de cantar en mis adentros y sin palabras hace perecer mis más bellos versos.

Pedro L. Villalonga y Cardona

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