…
Y se deja llevar, uno se deja llevar por la brisa de la vida y sus caricias. Y
si, despójate de ropajes pesados, moldea, genera y concluye tu propio boceto,
se ese infinito; nadie interviene, nadie juzga, simplemente se contempla, se
siente, se huele…
Desacelérese
la colectividad corporativa y sus individuos competitivos, esos que datan y
nombran a dedo, olvidándose de la mano o llevándosela a la cabeza… Dejen vivir,
olviden tener, la posesión, puesto que el único usufructo que existe es ser y
eso es libertad, la verdadera y sencilla sensación de vivir de verdad, de jugar
a vivir.
Y
ame, si, ame por favor, sueñe despierta o despierte su sueño en ese precioso y
preciado esbozo llamado algo tan simple como respeto y usted.
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