EL SUEÑO PERFECTO

Era una noche apacible, perfecta para el cumplimiento de anhelos…
la atmósfera y sus circunstancias eran inmejorables,
de un modo repentino e impetuoso pude advertir tu presencia,
me embargaba la emoción, ligada a una cálida percepción…

Se hacia imperativo encontrar el origen, deambulé por el tiempo…

súbitamente emergiste, o yo descendí, pero eras tu…el fundamento de todo y de nada,
sonreías, en tu quietud me observabas, cierta conmoción me invadía,
quería aproximarme, algo lo impedía ¡perversa gravidez! me dije…

La razón que proporciona la suerte retorno a mi, precisaba un movimiento inactivo,

presteza y dinamismo solo en mi mente se hallaban, accioné todos los argumentos…
solo así,  a ti me uní…ya te rozaba, acariciaba tu piel, te abrace, me anexé
jamás me desligaré….      

Pedro L. Villalonga y Cardona