miércoles, 11 de febrero de 2015

A MI PADRE


“A menos que se pueda probar que aquellos valores en apariencia diferentes son en realidad proporcionales, tendría que haber tres modelos de crítica distintos: el primero basado en la construcción, el segundo en la utilidad y el tercero en la estética. Cada uno podría ser razonable, completo y, dentro de su propia esfera, válido”.

Geoffrey Scott

Incidentalmente escucho el legado de los que ya no están, con ello soy capaz de escribir algo bonito, podría ser un buen artículo, quizás una pequeña columna, pequeña y profunda tal vez, si, unos renglones sensatos surgidos de lo que en principio es o puede parecer la nada, la ausencia.

Contemplemos la hoja de papel de este periódico con ojos poéticos y entonces veremos que todas las cosas mantienen vínculos ocultos. Observemos bien esta página y veremos con claridad que hay una nube flotando; sin nube no habría lluvia; sin la lluvia los arboles no podrían crecer; y sin los arboles tampoco existiría esa hoja de papel.

Si aplicamos un nivel más alto de atención en el periódico veremos en él la luz del sol. Sin ella, el bosque no podría crecer. Y si seguimos la cadena hallaremos a un leñador, fue quien corto el árbol y lo llevo a la fábrica para que lo procesaran hasta transformarlo en papel. Y también fue necesario para ello el trigo que comió el propio leñador, y su padre y su madre.

Volvamos a poner la mirada en el papel y también estamos nosotros. Esta hoja es parte de nuestra percepción. Nuestra mente está aquí. Esta hoja existe sencillamente porque existe o ha existido todo lo demás… incluidos los que ya no están.   

Pedro L. Villalonga y Cardona

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