miércoles, 30 de septiembre de 2015

MI LUGAR

 
 

“Las poesías abren pequeñas ventanas en los días, en la mediocridad cotidiana. Nos permiten entrever destellos de una realidad diferente”.
 
Susanna Tamaro

 
 

 
En el fondo he de reconocer que no me incomoda lo cotidiano, sí, eso que en ocasiones parece que circunscribe y en otras llega a acosar, pero la vida y sus condicionantes han sido las que han encauzado mi complacencia en este espacio. Ahora bien, me gusta por el simple hecho de que yo no formo parte de él y eso me permite la observación; me faculta para contar mundos; narrar miradas; registrar recorridos de los diferentes estratos y situaciones. Trabajo en este territorio sin reglas ni cánones absolutos. Es confortable este lugar y es mi lugar.
 
Pedro L. Villalonga y Cardona

 

 


AMANECE



¡He perdido mi gotita de rocío!  Dice la flor al cielo del amanecer, que ha perdido todas sus estrellas.

Rabindranath Tagore
 
 
 
Sí, amanece y sigo absorto delante de un papel en blanco que tapiza toda una vida y a pesar de que amanece, no soy consciente de los colores que el sol ha pintado en el cielo.
 
Sí, amanece y me siento niño, me siento estúpido y niño, por no tener ni tan sólo dos palabras que decirte, por haberme quedado sin apariencia, por haber perdido mi expresión, mi tonada, la letra de mi canción.
 
Perdóname por no saber decirte, por no haberte dicho, perdóname por no saber hablarte, perdóname por toda la distancia de mi abrazo.
 
Tan sólo recuerda que mañana volverá a amanecer, que el día nacerá de nuevo, con hermosos colores y sé que todo cambiará ¡todo!
 
Pedro L. Villalonga y Cardona
 
 

DESCUBRIENDO LA VIDA



“Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos”.

 Pablo Neruda
 
Desde la bella cima de tus brazos al origen de tu sombra deambulo en tu naturaleza, colinas del color del café, como toda tu. Delgadas huellas que solo yo descubro, proporciones perfectas vistas por apasionadas perspectivas.
 
Aquí, unas elevaciones sublimes, creo que jamás las abandonaré… Quizás ese estímulo visual, esa redondez umbilical que junto a tu piel que me incinera, y que en realidad ya lo hacía antes de que las llamas se encendieran.
Si, serán razón suficiente para descender.
 
¡Oh! Allí… Un jardín. Es el centro del universo, una boca con sus labios del color del paraíso terrenal, una flor humedecida con matices de fuego que por tus piernas desciende hilando en espiral.
 
Después, somnoliento del viaje, llego a tus rodillas, son de redonda belleza como a las cumbres de la pureza que atrae apasionadamente, la mente.
 
Ahora hacia tus pies resbalo, de ellos al vacío de la sábana ardiente caigo seducido, ciego y ferviente busco de nuevo tu contorno, que es como la preciosa porcelana fabricada con esmero.


Pedro L. Villalonga y Cardona
 
 
 


miércoles, 23 de septiembre de 2015

OTOÑO

 
 
“Los sollozos más hondos del violín del otoño son igual que una herida en el alma de congojas extrañas sin final”.
 
Paul Verlaine
 
 
 
Día de nubes, grandes ideas, llega a mí la tormenta,
equilibrios imposibles, brotan los dolores del alma,
¿Dónde hallaré la frontera entre lo deseado y lo alcanzado?
Espero, observo ese árbol, analizo sentidos,
¿Terminaré en un abrazo? ese simple y sensible roce
¿Hasta cuándo he de soñarlo?
Y miro, te veo, pero la urna de cristal no se rompe.
Son cálidos tus ojos, siento que me atraviesan, pero no me ven,
y afloran en mi sentimientos y sensibilidades.
 
Sale el sol, las nubes se dispersan, la tormenta se va,
mi mente es frágil y los daños significativos, nada cambia,
colores extraños, algo ocurre, ya no impresionan como ayer.
Sigo buscando, te veo a lo lejos ¡no! no eres tú,
estoy cansado, pero no voy a parar ahora,
continuaré buscando, sé lo que quiero,
un abrazo, el abrazo, tu abrazo.
Cuando lo encuentre en ti, me habré encontrado a mí mismo
y nuevamente llega la noche, esa oscuridad…narcosis
quizás al despertar caerá el muro y el mundo que nos separa.
 
Pedro L. Villalonga y Cardona


martes, 22 de septiembre de 2015

DÉJÀ VU

 
“Advertir la vida mientras se vive, alcanzar a vislumbrar su implacable grandeza, disfrutar del tiempo y de las personas que lo habitan, celebrar la vida y el sueño de vivir, ese es su arte”.
Doménico Cieri Estrada
 
Extenuante resultó subir la prominente escalera de los sueños inconexos. Proyectos, deseos y destinos invisibles de unas vidas ya vividas. Me habían advertido, eres algo viejo y los hombres solamente corren en nuestra época.
 
¡No saltes! ¡No sueñes! En definitiva, ¡No asumas el riesgo de vivir! que el hoy del mañana es pretérito, que la felicidad es un lugar raro y alejado. He de reconocer que recapacité, que me enfadé y quizás aún lo estoy, pero en ese momento decidí seguir adelante.
 
Y nacieron olores y aromas al margen de lo ya probado y sentido, también hablé con un mar que en ocasiones sólo eran gotas de agua unidas, y sopló el viento si necesité respirar. Llovió cuando crecer fue requisito.
 
Apareció de nuevo la voz y me dijo: Ten cuidado, mantente apartado de todo, que los besos son contagiosos y los desconocidos peligrosos. Me habló de lo difícil que es soñar para los que olvidan despertar, de la imposibilidad de reír, de los que no saben llorar, de lo difícil que es amar para los que creen necesitar.
 
Hoy, volviendo a mirar atrás en el tiempo pienso si acaso alguna vez fui otro, si amé por amar o bebí sin tener sed. Aunque mí ahora al despertar recitó:
 
“Búscame en las mareas vivas, donde el agua es más cálida, voy a hablarte con palabras hermosas mientras hacemos el amor o castillos en la arena, sabes; el mar es demasiado grande y a él le llegan los silencios, incluidos los imprescindibles”.
 
Pedro L. Villalonga y Cardona


lunes, 21 de septiembre de 2015

UN TORRENTE DE DÍAS VIVIDOS



“La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma”.
Goethe
Soy un loco en la ribera de la vida, tal vez un ente pausado, tranquilo y gradual. En ocasiones enarbolo banderas imaginarias, soñadas, sentidas. En otras deambulo por estrechos senderos o me sumerjo en abismos, producto de pretéritos zozobros aunque elevados en mi contemporaneidad a la opulencia que naufraga entre despojos.
En los días vacios, al cielo saludo y pregunto ¿me reconoces? entonces las voces cargadas de acciones y peripecias tratan de atormentarme, son simplemente un torrente de días vividos que hacen que penetran en mí los ojos del pasado.
 
 
Ahora, tal vez antes, quizás siempre, imploro un presente, un aquí y un ahora, y elevo el vuelo por la transgresión, surcando las más extraordinarias fruiciones,  en sus orillas muy juntas, muy transparentes en la elástica resonancia de lo prohibido.
Cuando llegue ese instante o a ese lugar, nacerán  olores a sándalo que purificarán mi narcosis, la llenarán de besos. Si bien, en apariencia simplemente esconderán  el polvo del suelo. 

Pedro L. Villalonga y Cardona
 
 
 
 
 
 
 

 

 

domingo, 20 de septiembre de 2015

ELLA Y SU ESENCIA


“Si no tienes la libertad interior ¿Qué otra libertad esperas poder tener?"

Arturo Graf
 
 
 
 
 
Ella vive en su condena
los travesaños de su celda son etéreos
cohabita con sus vigilantes
la hostilidad y proceder del tiempo.
 
Sus espacios son holgados y a su vez limitados
ejercita el arte de la representación gráfica
aun así, cree transitar en colores sombríos, grisáceos
difiero de esta opinión, para mí el color es liliáceo.
 
Es una flor que se encierra en su apariencia
quizás su belleza es su verdadera esencia
combina armoniosamente con tendencias naturales
aunque percibe semblantes de pigmentación fría.
 
Debería saber que el azar y sus opacas incertidumbres
la están introduciendo ya en la serenidad y el sosiego
lentamente la transportarán a la ilusión.
 
Exterioriza, preciosa flor, refleja
tú ya sabes cómo, tú sabes donde…
 
Pedro L. Villalonga y Cardona   
 
 
 



 

miércoles, 9 de septiembre de 2015

SIEMPRE

 

“Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta”.

Sam Keen
 
 
 
 
 
Quería decirte que tú fuiste en mi vida una hermosa primavera tardía, llegaste a mi cuando yo empezaba a dejarme vencer  por el céfiro, creyendo haber rebasado usufructos de veranos trasnochados. No era así, cierta desidia se había apoderado de anhelos pretéritos.

Tú, que con el alabear proveniente de tus labios indomables y tus miradas tejiendo vocablos, me condujiste a momentos del ahora y su relieve, si, paisajes complejos y concretos, elevaciones y cimas, volcanes en erupción, pasión sin sombras; suaves corredores subterráneos junto con bosquejos repletos de mezclas de aromas. Al final, la calma, la placidez de la que creí ser legatario, tu abrazo sin censuras y esas pequeñas lubricaciones en tus ojos dieron fe de ello.
Hoy te he recordado en una nube de fresa, es lo que suelo hacer al invocar instantes, antes, durante y después, quizás siempre…
Pedro L. Villalonga y Cardona