miércoles, 9 de septiembre de 2015

SIEMPRE

 

“Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta”.

Sam Keen
 
 
 
 
 
Quería decirte que tú fuiste en mi vida una hermosa primavera tardía, llegaste a mi cuando yo empezaba a dejarme vencer  por el céfiro, creyendo haber rebasado usufructos de veranos trasnochados. No era así, cierta desidia se había apoderado de anhelos pretéritos.

Tú, que con el alabear proveniente de tus labios indomables y tus miradas tejiendo vocablos, me condujiste a momentos del ahora y su relieve, si, paisajes complejos y concretos, elevaciones y cimas, volcanes en erupción, pasión sin sombras; suaves corredores subterráneos junto con bosquejos repletos de mezclas de aromas. Al final, la calma, la placidez de la que creí ser legatario, tu abrazo sin censuras y esas pequeñas lubricaciones en tus ojos dieron fe de ello.
Hoy te he recordado en una nube de fresa, es lo que suelo hacer al invocar instantes, antes, durante y después, quizás siempre…
Pedro L. Villalonga y Cardona
 

 


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