los colores angustian la mirada, se acoplan,
allá a lo lejos puedo ver otra isla, con sus peculiaridades,
la altitud de las montañas, sus cumbres, sublimes..
las llanuras y mesetas, planicies inmensas, abiertas y accesibles...
los acantilados con sus verticales pendientes...
las bahías, donde el mar entra y sale libremente...
Ahora desearía convertirme
en una suave brisa...
acariciaría con delicadeza
cada una de estos elementos…protegería con mi levedad la harmonía natural…
reconciliaría el equilibrio natural, crearía la atmosfera perfecta.
Pedro L. Villalonga y
Cardona
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