miércoles, 28 de agosto de 2013

DESEABA EXPLICARLO…

Los humanos hemos aprendido a valorar en demasía las apariencias, una imagen vale más que mil palabras…así nos ilustran, tanto en lo pernicioso, como en lo favorable existe un código preestablecido, una especie de “pose” de lo que a modo de semblante o aspecto se corresponde con una percepción inequívoca y/o exacta que define a una persona o a un grupo de ellas y en realidad esto es falso en la mayoría de ocasiones, simplemente porque una imagen es solo eso, algo que vemos, miramos, observamos, pero que en realidad, muchas veces no conocemos…

Es ciertamente una verdad adulterada, juzgamos lo que creemos ver, el objeto y sus complementos, ante tal combinación, sentenciamos, utilizamos el veredicto fácil sin mirar a los ojos, los ojos del alma, tampoco recordamos las palabras ya escuchadas, las intercambiadas por escrito, las de viva voz, las pensadas…

Porque os cuento todo esto, es algo muy simple… hace poco, yo juzgué y sentencié a alguien, me equivoque con la imagen…y lo hice con una persona hermosa en todos los sentidos, casi la perdí… no tuve en cuenta los momentos bonitos que me había  regalado ya, todas esas palabras compartidas…

…Simplemente deseaba explicarlo, debía hacerlo, he de ser capaz de ubicar “mis zonas erróneas”, como forma de crecimiento personal.

Muchas gracias.

Pedro L. Villalonga y Cardona
 
 

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