Nos vimos por última vez en Atenas
hace ya más de veinte años, tu hacías escala allí, eras una hermosa azafata de
vuelo, creo recordar que trabajabas para Olimpic Airways en esa época, tenías unos días libres y yo andaba buscando
un cambio de aires, éramos muy jóvenes, todavía se operaba en el viejo aeropuerto Ellinikon, trágico lugar,
escenario de seis o siete atentados y
secuestros aéreos (siempre en nombre de dios o de ala o de vete tu a saber..),
tres de ellos con la extinta y famosa compañía TWA, la que casualmente utilicé
en uno de sus últimos vuelos a NY, unos años después. Que tiempos aquellos, que
pocas preocupaciones y responsabilidades tenía yo, en cambio quería comerme el
mundo, si, un mundo que a día de hoy y con el paso del tiempo sigue queriéndome succionar y al que le pongo
todos los impedimentos que están al alcance de mi mano para evitarlo.
Pero retomemos la historia inicial,
era el mes de junio, fue muy caluroso donde los haya, el verano de aquel año
1.992 y a aquellos días en especial los recuerdo también con verdadera efusión
afectuosa, fue algo maravilloso, hoy en un sueño has vuelto a mí, he rememorado
parte de la historia vivida, no ha sido lo mismo pero he de reconocer que el
hecho en si, me a devuelto a esa etapa de mi vida, contigo, he vuelto a verte
con tus rasgos orientales, tu lenguaje gestual…
He de decirte que el mundo ha cambiado
muchísimo desde aquellas épocas, hoy ya no hablamos por teléfono o mejor dicho
el teléfono va con nosotros a todas partes y la mayoría de las veces lo utilizamos
para todo, excepto para hablar, se que no me entiendes, no has vivido estos
años ¿recuerdas las pantallas y teclados que se utilizaban para sacar la
tarjeta de embarque, el check-in?, ahora todo el mundo tiene una o mas en casa,
hablamos escribiendo, ¿te lo puedes creer? Es así y le seguimos llamando hablar, nos han creado ventanitas en
la pantalla y así nos comunicamos con nuestros amigos/as que la mayoría de las
veces no hemos visto nunca, nos divertimos aunque no es lo mismo, no hay calor
humano realmente, he tenido suerte, tengo un buen grupito de gente con quien
“hablar tecleando”, también tenemos nuestras decepciones, no te creas, es
nuestro mundo ahora, pero olvidemos eso…
Solo quería decirte que he soñado
contigo y algo se ha desequilibrado en mi interior, otra cosa, todo lo que he
escrito aquí lo pondré en una de esas ventanitas, mis amigos podrán leerlo y
algunos me darán su opinión y yo les responderé, ya sabes sigo siendo tan
educado como tu me decías siempre, eso si, me he vuelto frío, en ocasiones no
puedo creer que sea yo quien diga esto…
Pedro L. Villalonga y Cardona