Quise ser un mero
observador,
el espectador que asiste a
tu aura,
un confidente para tu
alma…
Mi agonía fue extrema,
casi nociva…
y es que fue tanta la
belleza que pude apreciar,
que a ti me tuve que
vincular, fue algo ineludible…
Ahora quiero soñarte, en
tus momentos insomnes,
participar en el aire del
que respiras,
auxiliarte en momentos expuestos,
gozar de la dicha de tus
bonanzas…
Y es que simplemente
quiero vivir, vivirte!
Pedro L. Villalonga y Cardona
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