Ella le dijo: cuando te sientas abatido traza una línea
con tu mente que te conduzca a un punto en el universo, piensa en su luz, su
brillo, deja que se incorpore a tu vida.
El respondió: pero si tú eres todo mi universo, todo… con
todo ese resplandor y su calor.
Entonces ella reconstruyo la frase inicial, estas fueron
sus palabras: cuando el desaliento entre en tu vida piensa en un abrazo, un
fuerte abrazo, mí mente está abrazándote constantemente, aun en la lejanía te
abrazo y te beso…si, te quiero!
Pedro L. Villalonga y Cardona
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