Camino sin prisa por mi ciudad…
aparece una suave brisa a la que con cierta desidia me cobijo,
me lleva el ambiente con una incuestionable profundidad
y entre perfumes y olores a calle y a gente, avanzo entre
luces y oscuridad.
Mientras… me embarga con gusto un frescor tenue, y es que
es sosegada y agradable esta serenidad que se funde en el aire junto a mi mente
y su devoción, alejando entonces de mí el dolor, siento en este momento la
sensación a sustento, ahora y en este camino, mi mayor acierto…
Pedro
L. Villalonga y Cardona
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