He dejado atrás mi cobijo, a mis
espaldas quedo ya el Mare Nostrum, mi mar, después de tres días de navegación y
meditación, porque no decirlo, si ya lo habéis visto en mis tres últimas publicaciones,
crucé el estrecho de Gibraltar, ahora estoy en una marina deportiva de Tarifa
en Cádiz, aquí pasaré la noche o quizás más, ya veré, mi próximo paso es ya la
soledad absoluta, no me será difícil hablar de ella, ya que me gusta pero hasta
ahora siempre estaba a 200 millas de palabras no escritas ¿o sí?...
He de trabajar también en mi carta
de navegación, quiero abstraerme del mundo para ello, necesito utilizar todos
los accidentes geográficos de mi mente y mi alma para hacerlo y por eso aquí os
dejo, en un lugar maravilloso.
Pedro L.
Villalonga y Cardona
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