sábado, 14 de junio de 2014

LA OBSERVACIÓN COMO FORMA DE VIDA

….Y entonces al haber escrito noventa y tres páginas con la historia de mi vida, con sus aventuras y desventuras, me di cuenta hablando con quienes me rodeaban  que mis dilemas y contrariedades no diferían en demasía con las de los demás, dejé de ser único por un momento y cedí mi singularidad para siempre y eso en cierto modo me alivió, dejé de ser una carga para mí mismo, y es que en ocasiones nos encontramos bien jugando a ser víctimas, pero ese es un mal camino, conduce a lo sombrío, a lo siniestro, creo que puedo decir bien alto que tuve suerte, quizás no ¿Quién lo sabe?

Habiendo llegado a este punto empezaron a aparecer como por arte de magia personas felices o por lo menos con apariencia risueña, rostros iluminados  con el calor que generan los colores de la vida en su máximo esplendor ¿serán supervivientes? pensé ¿estaré soñando…? Pero no, aquellas substancias individuales de naturaleza racional  habían conocido la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite, sabían sobreponerse a ellas…

Sin saberlo había descubierto una de mis mejores habilidades, la observación de los ejemplares de mi especie, hasta creí haber llegado a conclusiones y  es que en ocasiones acerté con los demás, en otras me equivoqué y porque no decirlo, sin darme cuenta en ciertos momentos dañé. Ahora con el paso del tiempo solo observo, trato de no juzgar demasiado, llegar a conclusiones es algo mucho más laborioso…y es que cuanto más creo aprender, más consciente soy de mi ignorancia…


Pedro L. Villalonga y Cardona


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