“Persigo una
utopía pero esta se me aleja cada vez que me acerco, entonces ¿para qué sirve
una utopía? pues para eso, para caminar...”
Hay verdades y edades que
persiguen palabras solo imaginadas, imágenes maravillosas residentes en
cárceles de silencio, imaginaciones producidas por ilusiones inexistentes,
voluntades que rebasan sensaciones que nunca se olvidan… porque no han
existido, amores imposibles que se presumen eternos, músicas sigilosas e
insolentemente atractivas que seducen la vida, horizontes con espectáculos de
paisajes y personas, a veces incluso hay gentes que saben todo lo acontecido en
tu vida y no conocen nada de ti…
Pedro L. Villalonga Cardona
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