“Deseo ser por lo menos un error en tu vida”
Existe
un lugar en alguna realidad, en el que los deseos frustrados o los que dejaron
de serlo, son guardados; en ocasiones fue un “imposible”, otras un “no debo” o “no
puedo”, probablemente cobarde; a veces el cansancio de la espera y otras por el
contrario, un “no hubo tiempo” y es que son tantas las razones de un destierro a
deshora…
Se dice
que en ese mismo espacio en el tiempo los anhelos se cuentan unos a otros de
qué tipo era su esencia o sensibilidad y se ríen de nosotros pensando que ese
deseo era tonto o simplemente se apenan por ser “deseos bonitos” que nunca se
llevaron a la realidad.
Hubo
deseos de amor, los más tristes, historias realmente estúpidas y miedosas; cariños
con proyección no correspondidos; de salud, los más ansiados; de dinero,
codiciosos, que nunca quedaron saciados; de amistades que se truncaron; lugares
y tiempos, ya sabéis, son tan variados…
Pedro L. Villalonga y Cardona
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