“Que nunca te falte un sueño por el que luchar, algo
nuevo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer”
Dos enormes agujas
creen conocer todos los espacios. Tiempo lo llaman y en verdad no hay error
excepto en que para mí solo hay instantes desde ti y el viento que se administra
por sus inherentes protocolos. Todo ello unido a tu hermoso cabello que es su
patria y quizás la mía. Eres tormento y a su vez sustento, sencillamente porque
hay un lugar donde cada silencio es una unidad de medida, en ese momento me
hallo rico en exceso, en cambio al rato indigente me siento, todo lo tengo,
excepto lo auténtico, y es que tengo apego al afecto perfecto.
Se dice que no hay lenguaje
más odioso que una mirada perdida y es que oigo murmullos en un cielo ausente
de luz. Yo que creía poder desnudar plumas con tinta, renegar del callar,
sospecho que hay preguntas que no sé ni conozco… Evolución, distorsión,
diversificación para quien un día pensó conocer
el modo de desvestir almas. A segundos vive en mí el vibrar de un reino perdido,
el feudo de no llegar a pensar en nada, ser ausencia en un suspiro; reconocer
la muerte de una estrella sin extinguirse…
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