“Lo que voy a
escribir, sucedió de verdad, puede que en cuanto empieces a leer sepas de qué
hablo, espero que si es así sea porque te lo han contado”.
El se había acomodado a la vida, esta parecía creada para
satisfacer su emotividad afectiva, inicios de indicios asomaban ya, ámbitos
alimentados con energías de conductas predispuestas e instauradas. El paso del
tiempo agitó sus esencias, estas habían olvidado sustancias y llegaron las
indigencias, fragancias que avituallan alma, razón y tangibilidad.
Un día trató de tomar la vida por su sugestiva cintura, ansiaba
sentir sensaciones cercanas, contiguas e inmediatas, eran aun muy familiares
los perfiles, siluetas y trazos… llegó a deshora, había olvidado todas las
capacidades armónicas y eufóricas.
Sin duda su última coreografía conocida…
Pedro L. Villalonga y Cardona
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