Habiendo llegado a este punto
empezaron a aparecer como por arte de magia personas felices o por lo menos con
apariencia risueña, rostros iluminados
con el calor que generan los colores de la vida en su máximo esplendor ¿serán
supervivientes? pensé, pero no, habían conocido la resiliencia…
Sin saberlo había descubierto una de
mis mejores habilidades, la observación de los ejemplares de mi especie, hasta
creí haber llegado a conclusiones y es
que en ocasiones acerté con los demás, en otras me equivoqué y por que no
decirlo, sin darme cuenta dañé. Ahora con el paso del tiempo solo observo, no
juzgo, llegar a conclusiones es algo mucho más laborioso…y es que cuanto mas
aprendo, más consciente soy de mi ignorancia…
Pedro L. Villalonga y Cardona
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