Pero si
utilizamos esa capacidad de reflexionar hasta deducir, nos daremos cuenta de
que nosotros somos los verdaderos culpables en gran medida, porque a nuestra
especie le satisface hasta extremos insospechados la idolatría, creamos divinidades
de la nada, de la aceptación de una imposición previamente planeada por la que
cree ser la “casta superior” (omito
ejemplos a sabiendas, para evitar sufrimientos innecesarios).
Todos
nacemos y morimos, lo que ocurra entre el afloramiento y la expiración de
nuestro contrato existencial dependerá en gran medida de nosotros mismos, si “malgastamos
un tiempo” ajustando criterios básicos, creando cimientos sencillos, que
condicionaran nuestro futuro, seremos capaces de conocernos más a nosotros
mismos y con ello a los demás, de ahí se generaran las grandes ideas, germinaran
condicionantes que nos darán acceso a la libertad verdadera y probablemente las
falsas adoraciones y veneraciones desaparecerán y todos seremos algo más… “iguales”.
Pero,
¿realmente nos interesa ser más equiparables, o creéis que no?
Pedro L.
Villalonga y Cardona
No hay comentarios:
Publicar un comentario