En ocasiones al escuchar, oír o leer a alguien, a ese alguien especial, las palabras van tomando forma de peldaños de diferente huella, pero unidas por un mismo ámbito, con sus correspondientes descansos , una especie de escalera de caracol construida en maderas nobles y a vista contrapicada, que baja hacia el conocimiento cual piedra tirada al océano, a las profundidades marinas y que en sus últimos metros ya con poca celeridad, suave y placidamente se posa en el fondo, ese fondo agradable y de suave arena…
Esas hermosas palabras estarán ahí, en algún lugar indeterminado, accesibles a nosotros solamente de forma temporal, las corrientes marinas son impredecibles y tan volátiles a esas profundidades…
El tiempo, copioso en espacio se ha hecho eterno…
…Y me hacía tanta ilusión repetírtelas, si, a ti, tu siempre me escuchas, siempre estas ahí para mi, si a ti…
Pedro L. Villalonga y Cardona
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