lunes, 25 de febrero de 2013

NO ERES QUIEN YO CREIA

Adiviné por tu manera de hablarme, que no eras tú con quien me hallaba,

Tu elocución, por propia apreciación atravesaba una época maltrecha en inquietudes,

Observé que tu semblante no se correspondía con la frescura de tu expresión habitual,

A medida que recorríamos nuestro universo de palabras frecuentes,

Pude percatarme de que tu luz había adquirido opacidad y necesitaba tu resplandor.

Si, ese fulgor que te caracterizaba, señal inequívoca que yo recordaba en la distancia…

No pude achacarme ni un ápice de culpabilidad, aun así el decaimiento me abatía,

El desamparo otorgó indiferencia en mis criterios, una desidia tediosa, apática…


Pedro L. Villalonga y Cardona  
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario