Con el paso del tiempo tomo consciencia de mi voluntaria evasión mundanal, teniendo además la certeza como instrumento de aseveración, el pasado es una realidad para el “nunca más”, una referencia que leemos desde el presente, las fórmulas utilizadas ayer ya no son válidas para el hoy, trato con ello quizás de recuperar lo esencial de los recuerdos emotivos y emocionantes, mis primeras aventuras, los viajes en solitario, el principio de las grandes amistades, mi iniciación en el amor. No es que desee modificar momentos, sino que mi yo misántropo e intelectual gozaba de placeres y satisfacciones mayores.
Supongo que lo que para mí era el porvenir, una emoción humanista desde el punto de vista evolutivo iniciado en la superficie y examinado en la profundidad, se ha quedado ahí en ese gutural e inhóspito lugar.
Pedro L. Villalonga y Cardona
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