Quiero tocar el piano a cuatro manos, si… y contigo. Hablo de ese viejo
piano que hace tiempo nadie toca aunque es poseedor de una tabla armónica
maravillosa repleta de frecuencias que son percudidas por esos macillos
forrados de todas aquellas bonitas miradas ¿recuerdas?
Deseo tanto que generemos de nuevo esas vibraciones que solo tú y yo
conocemos… Suave, fuerte, matices definitivos ¡orgasmos!
Sé que lograremos afinarlo y templarnos, no será fácil y es que nada
importante lo es, pero al final lograremos nuestro propósito, será simplemente
porque ese piano es especial, ya ha sido nuestro en alguna ocasión ¡es muy
nosotros!
Si, será de ti y mío... nuestras sensibilidades se habrán visto ya
recompensadas, sí, quiero tocar el piano a cuatro manos, tomados de nuestra
destreza y deslizándonos por las correas y espirales de este... el sonido será
nuestro, tuyo y de mí.
Si lo deseas estará también ese violín, ese que hizo que unas lágrimas afloraran
de tus ojos un día…
Pedro L. Villalonga Cardona